Cada uno tenemos una estructura corporal, un somatotipo determinado por los genes que es imposible cambiar. Pero sí podemos potenciar los positivo.
La publicidad nos quiere convencer de que podemos cambiar nuestro cuerpo como queramos. Nada más cierto. Podemos adelgazar, mejorar el contorno, aumentar la masa muscular…, pero no podemos cambiar nuestra estructura corporal, salvo que nos sometamos a extensas y arriesgadas intervenciones de estética.
Desde que en 1940 el doctor William H.Sheldon introdujo el concepto de «somatotipos» o «tipos corporales», nutricionistas, preparadores físicos y médicos han recurrido a esta división para diseñar planes de adelgazamiento y de ejercicios individualizados. Por supuesto, se trata de una generalización; la mayoría de las personas tienen características de uno, dos e incluso tres somatotipos.
Los ectomorfos
Son personas longilíneas, con escaso músculo y pocas grasas.
A los ectomorfos les cuesta engordar, algo realmente envidiable para el resto. Si bien muchas mujeres sueñan con un cuerpo ectomorfo, a los hombres no les apasiona tanto el pecho estrecho y la falta de músculo de este somatotipo. Incluso, más de una mujer ectomorfa firmaría por tener alguna curva extra.
Y es que muy pocas personas están contentas con su cuerpo. El aspecto de los ectomorfos es de personas muy delgadas y frágiles, poco deportivas.
Los endomorfos
Se llama así al somatotipo de las personas que tienen un gran porcentaje de grasa distribuido a lo largo de todo su cuerpo. Se trata de individuos propensos a las formas redondas,
También pueden considerarse endomorfos los jugadores de rugby, que suelen ser grandes y fuertes.
Los mesomorfos
Se trata de personas atléticas, sólidas y fuertes.
Son individuos que están siempre en su peso y que se convierten en la envidia de todos: pueden comer lo que quieran sin engordar.Incluso si engordan, tienen la facilidad de perder esos kilos de más sin grandes dificultades.
Las combinaciones
Una clásica combinación de somatotipos, es decir, los que suman características propias de más de un apartado de los anteriores, incluyen las personas con » tipo pera» ( aquellas que tienen el tronco fino y delicado y las caderas anchas) y a las que tienen lo que se denomina «tipo de manzana» ( en las que la grasa se acumula en el tronco y la cintura, mientras que tienen las caderas y las piernas finas).
Esperemos que os ayuden tanto éste como el resto de nuestros consejos del blog. Os animamos a que complementéis estos sencillos consejos con un/a nutricionista que os guíe/ayude a mejorar vuestra salud y conseguir alimentación sana y saludable.