Parece ser que el cultivo del olivo se remonta a unos 6.000 años y que se inició en la parte más oriental del Mediterráneo. Los griegos y los romanos difundieron su cultivo durante sus colonizaciones por toda la cuenca mediterránea.
De los 800 millones de olivos que se calculan aproximadamente en el mundo, más de 200 se encuentran en España y , de ellos, unos 130 millones se localizan en Andalucía. Esto supone que España aporta, aproximadamente, casi el 30% de la producción mundial. El cultivo del olivo tiene también una gran importancia en Cataluña, sobre todo en las comarcas de Lleida y Tarragona. El aceite de oliva ha sido tradicionalmente la grasa utilizada en la elaboración y el aliño de las comidas mediterráneas así como uno de los alimentos clave y más emblemáticos de este tipo de alimentación, aunque no se puede decir que se trate de ninguna medicina natural, como algunos sectores han intentado hacernos creer.
Actualmente sabemos que la composición química del aceite de oliva le otorga una carácter y unas propiedades muy particulares. Es un aceite rico en ácidos grasos monoinsaturados, a los cuales se adjudica cierto papel protector frente a la prevención de transtornos relacionados con la circulación de la sangre. Otra de las ventajas del aceite de oliva frente a grasas vegetales y/o animales es su mayor resistencia a las temperaturas elevadas, hecho que lo convierte en el aceite más recomendable para las cocciones. Estas propiedades, así como también su riqueza en vitamina E ( vitamina antioxidante), han conducido a las autoridades sanitarias a nivel mundial a recomendar la utilización de este aceite como grasa de adición, tanta para el aliño como para las cocciones.
Pero ¿ engorda más el aceite de oliva que los aceites de semillas? Todas las grasas, sean de origen animal o vegetal, proporcionan la misma cantidad de energía. Aproximadamente, 1 g de cualquier aceite o grasa proporciona 9 Kcal de energía.Por esta razón la cantidad a utilizar debe adecuarse siempre a las características individuales, debiendo reducirse su consumo en situación de sobrepeso u obesidad.
A diferencia de las restricciones que sobre este aceite se habían sugerido años atrás, actualmente la utilización de aceite de oliva no se desaconseja en el tratamiento de la diabetes, los niveles elevados de grasas en sangre ( hipercolesterolemia), la hipertensión arterial, etc.
Os animamos a que podáis contar con el asesoramiento de un/a nutricionista que os pueda ayudar a mejorar vuestra salud con unos hábitos saludables.