Otra fruta muy de temporada y estupenda para comer en esta época estival. Dulce, ligero y con mucha agua, ideal para combatir el calor ( cuando haga calor porque de momento…pero bueno no perdamos la esperanza)
Vamos a conocer un poco más sobre esta fruta
Propiedades nutritivas
El 80% de la composición de esta fruta es agua, y las escasas calorías que aporta se debe a su contenido moderado de azúcares. La cantidad de beta-caroteno, de acción antioxidante, depende de la intensidad del pigmento anaranjado en la pulpa. Los minerales que aporta en mayor cantidad son el potasio, el magnesio y el calcio, este último de peor aprovechamiento que el que procede de los lácteos u otros alimentos que son buena fuente de dicho mineral. La vitamina C tiene acción antioxidante, al igual que el beta-caroteno. Dicha vitamina interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. El beta-caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo conforme éste lo necesita. Dicha vitamina es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.
Los melones reticulados se diferencian del resto en que son una fuente excelente de provitamina A (beta-caroteno), vitamina C e hidratos de carbono (principalmente sacarosa o sucrosa).
Son una de las frutas frescas más ricas en sodio (10 miligramos/100 gramos de producto, frente a los 4 miligramos/ 100 gramos de media del resto de frutas).
Composición por 100 gramos de porción comestible | |
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Calorías | 52,4 |
Hidratos de carbono (g) | 13,1 |
Fibra (g) | 0,8 |
Potasio (mg) | 320 |
Magnesio (mg) | 11,8 |
Calcio (mg) | 15,8 |
Hierro (mg) | 0,4 |
Provitamina A (mcg) | 3 |
Vitamina C (mg) | 32 |
Folatos (mcg) | 2,7 |
mcg = microgramos |
Propiedades para la salud
Más de la mitad de la composición química del ser humano es agua, variando la distribución según los tejidos corporales, siendo el músculo el tejido que de mayor contenido. El organismo necesita del agua para funciones muy diversas por lo que se considera esencial para la vida. El agua es el elemento estructural de la célula, ejerce funciones reguladoras participando como medio de transporte en la linfa, sangre, orina, sudor, jugos digestivos, etc. Interviene en la regulación de diversas reacciones químicas que se dan en el organismo y por su puesto en el mantenimiento de la temperatura corporal. Las fuentes de agua más importantes son las bebidas y los alimentos, entre los que destacan las frutas y entre ellas el melón, con más del 80% de agua en su composición. El melón, una frutas de la que se puede disfrutar casi todo el año, es un hidratante ideal, con la ventaja de su bajo aporte calórico, por lo que se puede consumir en la cantidad deseada sin temor a ingerir un exceso de calorías ni de azúcares. Por ello, está especialmente indicado en dietas de control de peso y dietas con control específico de los hidratos de carbono, como la diabetes. En esta fruta destaca la riqueza en beta-caroteno, en mayor cantidad en las variedades de pulpa naranja. El beta-caroteno o provitamina A, convierte al melón en una fruta de consumo contribuye a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y del cáncer.
Por su aporte de provitamina A y vitamina C, su consumo se recomienda especialmente a quienes tienen un mayor riesgo de sufrir carencias de dichas vitaminas: personas que no toleran los cítricos, el pimiento u otros vegetales, que son fuente casi exclusiva de vitamina C en nuestra alimentación; para quienes deben llevar a cabo una dieta baja en grasa y por tanto con un contenido escaso de vitamina A o para personas cuyas necesidades nutritivas están aumentadas. Algunas de estas situaciones son: periodos de crecimiento, embarazo y lactancia materna. Así mismo, el tabaco, el abuso del alcohol, el empleo de ciertos medicamentos, el estrés, las defensas disminuidas, la actividad física intensa, el cáncer y el Sida y las enfermedades inflamatorias crónicas disminuyen el aprovechamiento y producen mala absorción de nutrientes.
El melón es una de las frutas más ricas en potasio, cuya deficiencia en la población es rara pero puede ser una consecuencia secundaria debida al alcoholismo, dietas hipocalóricas, trastornos de la conducta alimenticia, quemaduras, fiebre, traumatismos, etc. La abundancia en este mineral y en agua, la convierten en una fruta diurética por excelencia, y por tanto recomendable para quienes sufren de hipertensión arterial o afecciones de vasos sanguíneos y corazón y retención de líquidos. No obstante, quienes padecen insuficiencia renal y requieren dietas especiales controladas en este mineral, deberán restringir el consumo de melón.
Cómo elegirlos y conservarlos
Es durante los meses de verano, desde julio hasta septiembre, cuando se cosechan los melones cultivados al aire libre, cuidando que el fruto esté completamente maduro y haya desarrollado el sabor y aroma dulce tan particular. Así mismo, en los meses de invierno, de noviembre a enero, podemos degustar el melón Tendral. Fuera de temporada se importan de Brasil, Costa Rica y Sudáfrica.
En el mercado es conveniente escoger los melones que sean duros y sin marcas, con una retícula gris regular. Los que tienen la piel muy verde han sido recogidos antes de tiempo. Cuando están maduros tienen un olor dulce y delicado muy característico; si no tienen fragancia hay que dejarlos madurar a temperatura ambiente durante unos cuantos días.
Para saber si un melón está maduro, hay que tomarlo entre las manos con firmeza. Si al presionar suavemente la base, el lado opuesto a la mata, cede un poco, significa que está bien maduro. Los ejemplares que están pasados pueden estar pegajosos al tocarlos. Si es posible sacudir ligeramente el melón antes de comprarlo y se oye un chapoteo, significa que está demasiado maduro y que ha comenzado a deteriorarse.
Hay que rechazar cualquier fruta que sea demasiado blanda, que parezca presentar cicatrices o muestre manchas húmedas sobre la piel. Si el pedúnculo tiene señales de podredumbre, también es una mala señal.
El melón maduro se ha de consumir lo antes posible, ya que se deteriora con suma rapidez. Una vez abierto, conviene guardarlo en la nevera cubierto con un film transparente, ya que desprende un olor muy fuerte y absorbe fácilmente el sabor de otros alimentos. Si está entero, se puede meter en el frigorífico tan solo una o dos horas antes de servirlo, ya que el melón frío resulta muy refrescante.
Os animamos a que podáis contar con el asesoramiento de un/a nutricionista que os pueda ayudar a mejorar vuestra salud con unos hábitos saludables.