¿ Sabías que las anchoas en aceite son semiconservas y deben guardarse en el frigorífico? ¿ O que no es conveniente envolver el queso en film transparente porque favorece su sudoración y el crecimiento de mohos?
No siempre guardamos los alimentos del modo más apropiado. Hacerlo correctamente alarga su vida útil, impide que los microorganismos se multipliquen y evita que los alimentos pierdan propiedades nutritivas y que se deteriore su aspecto.
En la despensa y a temperatura ambiente
Algunas zonas de la despensa son más cálidas que otras y esto influye en el tiempo de conservación y la apariencia de algunos productos. Así pues, el orden y la disposición de los alimentos no será casual : los artículos de primera necesidad y los de uso más frecuente se colocarán más cerca y a la vista, preferiblemente ordenados por grupos.
- Envases cerrados de leche esterilizada o UHT: se conservan perfectamente en la despensa, al resguardo de la luz, al igual que la nata, leche concentrada, en polvo y condensada.
- Aceites: se han de guardar en un lugar oscuro, en su propio recipiente o en otro que cierre bien para evitar que se oxide la grasa y se enrancie.
- Pan: se conserva bien uno o dos días en una panera o en una bolsa de tela.Se puede meter en la nevera dentro de una bolsa de plástico; no se enmohece, pero se endurece más deprisa, y se puede congelar. En cuanto a los productos de bollería, es aconsejable mantenerlos en lugar fresco y refrigerar los que contengan nata o crema.
- Alimentos deshidratados y productos secos, como arroz, pasta y frutos secos: se guardan a temperatura ambiente en sitios frescos y completamente secos, ya que si hay humedad se enmohecen. Una vez abierto su envase, estos alimentos se conservan mejor en recipiente herméticos.
- Patatas y otros tubérculos ( yuca, boniato…) : se han de guardar en un lugar bien ventilado y oscuro.
- Siempre que el envase esté cerrado, se conservan perfectamente en la despensa, sin necesidad de ocupar un espacio en la nevera: yogures esterilizados que no necesitan frío; encurtidos ( cebolletas, pepinillos…); conservas de pescado, de carne o de vegetales; salsas comerciales; tarros de mermelada; algunas verduras; huevos...No obstante, una vez abiertos hay que conservarlos refrigerados.
Os animamos a que podáis contar con el asesoramiento de un/a nutricionista que os pueda ayudar a mejorar vuestra salud con unos hábitos saludables.