La apertura que comunica el esófago con el estómago está controlada por una serie de músculos. Si estos se debilitan, los ácidos del estómago pueden fluir hacia el esófago y causar inflamación o incluso provocar que parte del mismo penetre en el abdomen originando la hernia de hiato. Hay personas que viven ignorando que padecen este trastorno mientras que otras sufren sus síntomas con mayor intensidad. El más característico es una sensación dolorosa y de ardor en el pecho y la garganta, que se agrava tras comidas copiosas, al estar acostado o agachado o cuando aumenta la presión abdominal. Las causas más frecuentes que pueden dar lugar a esta dolencia se relacionan con ese aumento de la presión abdominal: toses violentas o vómitos repetidos durante periodos largos de tiempo, embarazo, esfuerzos intensos, sobrepeso y obesidad. La alimentación puede prevenir o disminuir el riesgo de aparición de este trastorno (principalmente en caso de sobrepeso u obesidad), o bien ayudar a reducir las molestias de la hernia de hiato ya instaurada junto con un adecuado tratamiento farmacológico bajo prescripción médica facultativa.
La hernia de hiato es muy frecuente, especialmente en gente mayor de 50 años. Aunque la causa es desconocida podría deberse al debilitamiento de los tejidos. Para poder diagnosticar la patología, el médico realizará un examen físico normal que le indicará la posibilidad. Si esta es afirmativa, se añaden los estudios radiográficos, ya que las radiografías de abdomen con contraste demuestran claramente la hernia hiatal. También puede someterse al paciente a estudios endoscópicos, ya que una endoscopia digestiva (la observación directa del esófago y estómago con un tubo flexible de fibra óptica) ayuda a descartar otras causas de molestias digestivas altas.
Para hacer frente a este tipo de hernia los médicos aconsejan un tratamiento conservador. Así, en un principio, se intentará reducir la regurgitación de ácido hacia el esófago (reflujo gastroesofágico), para lo que es útil seguir una medicaciones que neutralizan la acidez del estómago. Se habrán de evitar comidas muy copiosas, no tumbarse o agacharse justo después de una comida, dejar de fumar y reducir peso. Existe la posibilidad, en aquellos casos más graves, del tratamiento quirúrgico, pero siempre se plantea cuando falla el tratamiento conservador o ante la presencia de complicaciones.
Las recomendaciones dietéticas que ayudan a prevenir la hernia de hiato son las de alimentación equilibrada, con un aporte calórico adecuado a las características de cada persona que permita alcanzar o mantener un peso saludable.
En caso de padecer hernia de hiato, para reducir los síntomas se aconseja una alimentación fraccionada que incluya alimentos de fácil digestión, no irritantes, según la tolerancia individual para evitar restricciones dietéticas innecesarias.
Esperemos que os ayuden tanto éste como el resto de nuestros consejos del blog. Os animamos a que complementéis estos sencillos consejos con un/a nutricionista que os guíe/ayude a mejorar vuestra salud y conseguir alimentación sana y saludable.