Los alimentos son sustancias complejas que tomamos del exterior y que contienen los nutrientes necesarios para nuestro organismo. El destino de los nutrientes es el medio interno y, en concreto , cada una de las células. En este proceso resulta fundamental la digestión porque hace posible que los alimentos nutran. Estos son sometidos a una serie de procesos físicos y químicos cuya finalidad esencial es el aprovechamiento de los nutrientes necesarios y la eliminación de los residuos que no son útiles para el organismo.
¿ Quieres saber más sobre el proceso de la digestión ? Desde Nutrición Vitoria te lo explicamos.
La boca, puerta de exploración
La boca es una cavidad que se extiende desde los labios a la faringe. Alberta 32 piezas dentales cuya función es cortar, desgarrar y moler los alimentos, que son reducidos así a un tamaño y una textura que facilita su paso hacia el esófago.
La boca es también el asiento de la lengua, una masa muscular móvil que permite el reconocimiento de los diferentes sabores gracias a las papilas gustativas existentes en su superficie.
La lengua, además, contribuye a empujar el alimento masticado hacia la parte posterior de la boca con la finalidad de que a continuación pueda ser tragado.
En la boca se segrega también la saliva, la primera de las secrecciones que contribuyen a la digestión. Fluidifica los alimentos masticados y, mediante una enzima, la amilasa salivar, comienza a » romper » los hidratos de carbono en fragmentos más pequeños.
Está demostrado que una buena digestión comienza en la boca; de ahí la importancia de masticar y ensalivar bien los alimentos.
Diferentes funciones de la boca en la digestión :
- Recepción de los alimentos
- Adecuación térmica
- Fragmentación mecánica
- Fluidificación
- Inicio de la fragmentación de los hidratos de carbono
- Transporte
- Reconocimiento del gusto
El estómago, almacén de los alimentos
El estómago es una bolsa muscular con forma de gaita de unos 25 cm de longitud y una capacidad aproximada de un 1 litro.A él van a parar los alimentos a medida que son tragados. Su función principal es almacenarlos termporalmente, lo que permite el avance progresivo del bolo alimenticio hacia el intestino delgado.
Gracias a los movimientos del estómago los alimentos se mezclan con sus propias secreciones, entre las que figura el potente ácido clohídrico, una de cuyas funciones es la de actuar como agente antimicrobiano.
En el estómago se producen también cambios químicos importantes, en particular sobre las proteínas, cuyas complejas cadenas empiezan a convertirse en tramos de menos tamaño. El estómago segrega asimismo el llamado factor intrínseco, una sustancia del todo necesaria para la posterior absorción de la vitamina B12 en el intestino delgado.
El intestino delgado, clave en la absorción
El intestino delgado tiene un diámetro de unos 2 a 4 cm y una longitud de entre 6 y 7 metros; por ello, está muy plegado en la cavidad abdonimal. Se diferencian tres segmentos : duodeno, yeyuno e íleon. El duodeno, la zona más próxima al estómago, recibe las secrecciones digestivas procedentes del páncreas y la bilis elaborada por el hígado.
En el intestino delgado tiene lugar una parte importante del proceso digestivo : se produce el grueso de la digestión de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas, y por sus paredes pasan a la sangre la mayor parte de los nutrientes que son absorbidos por el organismo.
Además, los movimientos del intestino delgado contribuyen a la mezcla y expansión del quimo ( los alimentos ingeridos).
El intestino grueso, último tramo
El intestino grueso comprende el tramo final del tubo digestivo. Tiene mayor diámetro que el tramo anterior ( entre 5 y 9 cm); sin embargo, la longitud es muy inferior ( aproximadamente 1,70 metros).
Apenas se produce digestión química. La digestión mecánica es fundamental; las contracciones permiten avanzar el contenido intestinal hacia segmentos inferiores.
Las sustancias absorbidas en esta zona del tubo digestivo son principalmente agua y minerales, como el sodio y el potasio. Sus funciones básicas son la absorción de líquido y el almacenamiento temporal y la posterior evacuación de los materiales residuales.
En el intestino grueso se encuentra una cantidad extraordinaria de microorganismos, que en conjunto de se denomina flora bacteriana. Ésta es, en condiciones normales, una barrera protectora contra microorganismos patógenos y participa en la regulación del tránsito intestinal.
El hígado y páncreas
La digestión precisa del buen funcionamiento de dos órganos que vierten en el tubo digestivo secreciones. El hígado, auténtico laboratorio químico del organismo, segrega bilis que desemboca en el intestino delgado, donde desempeña una importante función en la digestión de las grasas. El páncreas, que elabora la insulina, aporta secreciones digestivas al intestino delgado, fundamentales en la digestión química de hidratos de carbono, grasas y proteínas.
Os animamos a que podáis contar con el asesoramiento de un/a nutricionista que os pueda ayudar a mejorar vuestra salud con unos hábitos saludables.