Hoy 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación, una fecha que fue proclamada por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) con la intención de concienciar a la población sobre los problemas existentes en relación a la alimentación en el mundo, y promover que se lleve a cabo un mayor esfuerzo para luchar contra problemas como el hambre o la desnutrición, entre otros.
Cada 16 de octubre la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) celebra el Día Mundial de la Alimentación. El propósito de este día es crear conciencia y luchar contra la pobreza, el hambre y la desnutrición. Aunque el mundo en general ha hecho grandes avances sobre este tema, aún hoy son cientos de millones de personas las que no tienen asegurado este derecho.
El Día Mundial de la Alimentación fue establecido en noviembre de 1979 por los países miembros de la FAO. Desde entonces, cada año se suman más y más países a este movimiento, que espera concienciar sobre los problemas detrás de la pobreza y el hambre. Cada año, la FAO escoge un tema diferente con el fin de resaltar las áreas necesarias para la acción y proponer un enfoque en común. Este año 2021, el lema es ‘Alimentos seguros ahora para un mañana saludable’.
Este día es uno de los más celebrados en el calendario de la ONU, participan unos 150 países del mundo y se desarrollan cientos de eventos y actividades de divulgación con un claro objetivo, luchar contra el hambre y garantizar una alimentación saludable. La FAO recuerda que la pandemia del covid-19 no ha acabado, y que muchos países se enfrentan a los efectos generalizados de la pandemia poniendo al descubierto la fragilidad de los sistemas alimentarios, por ello, es necesario mirar hacia el futuro y construir sistemas robustos que permitan cumplir con los objetivos antes citados. La forma en la que se producen los alimentos, la elección de compra, la preparación, cómo se cocinan y cómo se almacenan… hace que todos seamos parte integral y activa del funcionamiento de los sistemas agroalimentarios. Que sean sostenibles es muy importante, ya que además de nutrir correctamente, proporcionan seguridad alimentaria sin comprometer las bases económicas, sociales y ambientales, dejando un legado de calidad para las futuras generaciones.
Un escenario que empeora por la pandemia
Según un informe de la FAO, para el año 2019 más de 650 millones de personas en todo el mundo pasaban hambre. Hoy en día esta cifra ha aumentado debido a los estragos y la problemática causada por la pandemia del coronavirus a nivel mundial, tanto en el sector económico como social.
El informe del Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo (SOFI, por sus siglas en inglés), publicado recientemente, alerta de un escenario ‘significativamente más desafiante’ y calcula que alrededor de 811 millones de personas en el mundo no saben qué comerán hoy. Es decir, un aumento de 118 millones en menos de dos años. Sin duda, las cifras son alarmantes y preocupantes, considerando la cantidad total de personas que no tienen asegurada una dieta o su nutrición.
¿Qué podemos hacer en el Día Mundial de la Alimentación?
Parece casi irreal que vivamos en un mundo en el que una gran parte de la población puede disfrutar de cualquier tipo de comida, mientras que otros luchan por poner un plato en su mesa. El hambre es un problema enorme en varios países y debemos de hacer más que crear conciencia. Es por eso que uno de los propósitos de la FAO es luchar para que los gobiernos de todo el mundo implanten políticas agrícolas exitosas para garantizar que haya suficiente alimento para todos.
Y mientras encontramos que más de 811 millones de personas pasan hambre a nivel mundial, parece contradictorio que un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) reveló que en el año 2019 se desperdiciaron más de 931 millones de toneladas de alimentos. Es decir, el 17% de la producción total de alimentos se tiró a la basura, sin sacarle ningún provecho.
La FAO asegura que existen soluciones, y éstas pasan por la reutilización de políticas agrarias de antaño (rotación de cultivos) y otras nuevas que permitan fomentar la producción de alimentos sostenibles, la innovación en el sector agrario, el establecimiento y fortalecimiento de redes de seguridad a los pequeños agricultores, la promoción de la resiliencia climática y la promoción del aprendizaje y la igualdad. Pero también es necesario considerar múltiples vínculos entre las áreas que afectan de forma directa o indirecta a los sistemas alimentarios, como pueden ser la salud, la educación, la protección social, la energía y la economía, formando un engranaje que funcione con equilibrio en el marco de la adopción de soluciones.
La organización recuerda que actualmente más de 3.000 millones de personas no pueden permitirse seguir una dieta saludable, que casi 2.000 millones de personas sufren sobrepeso u obesidad, que a nivel mundial un 20% más de mujeres que de hombres con edades comprendidas entre 25 y 34 años viven en pobreza extrema, que los sistemas alimentarios del mundo son responsables de más del 33% de las emisiones de gases de efecto invernadero, que un 14% de los alimentos se pierden en la cadena alimentaria y un 17% a nivel consumidor.
Si quiere mejorar su alimentación es muy recomendable contar con el asesoramiento de un/a nutricionista colegiada que pueda ayudarle a mejorar su salud.